sábado, 20 de noviembre de 2010

Mi pasión por el sushi


Hoy estoy contenta porque por fin he cocinado algo en condiciones, y es que lo mío con los fogones tiene 'riles' que diría mi madre. No me gusta cocinar, a mi lo que me gusta es comer, no soy tonta no, y siempre que intento hacer algo acaba quemado, sin sabor o directamente en el cubo de basura. Sin embargo anoche por fin di con el plato estrella: el sushi, siento que no sea un plato español pero bueno por algo se empieza.
Siempre he pensado que era un plato super difícil y es que conseguir ese arroz tan pegajoso y hacer ese rollito tan perfecto se me antojaba un mundo, pero anoche que no me apetecía salir, solo quería mantita, peli y una buena cena, algo que me ha enseñado a disfruta Lacasitalapona, me animé al 'rolling sushi'.
Primero tuve que ir a un supermercado especializado, no sabéis la cantidad de 'movidas' raras que te puedes encontrar, por supuesto todo en japonés, allí no había quien se enterara de nada, por lo que tuve que pedir ayuda de una joven que poco español sabía, y me decía 'vinagle de aloz', yo me quedé muerta.. vinagre pa' qué??? me preguntaba, yo, no no,quiero arroz, algas, wasabi y una esterilla para enrollarlos... esto último me costó explicárselo, ni con mímica se enteraba la chica...


Cuando llegué a casa y me puse a ver los vídeos me di cuenta de que el 'vinagle de aloz' era para darle ese efecto pegajoso... menos mal que lo pude hacer casero.. y bueno el resto ya lo sabéis que me salió una cena redonda, bonita y rica. Hacer los rollitos tiene su arte, pero yo de eso tengo mucho jejeje, mi novio un poco menos, pero nos reímos mucho.
Imagino que ahora a mis amigas solo les cocinaré sushi, para que me dejen de pedir salmorejo y tortilla de patatas... que no se me da tan bien... aunque creo que esto de la cocina es cuestión de práctica y tiempo.
Os dejo unas fotitos que hice a mi plato japonés, y de las que estoy encantada, creo que han salido bastante bien, a pesar de que mi curso de foto empieza en diciembre, pero bueno sobre esto os contaré más adelante.


viernes, 12 de noviembre de 2010

¡He descubierto el secreto de las bloggeras!

Hoy quiero compartir con todos vosotros una hipótesis que hace tiempo que me ronda por la cabeza. Llevo mucho tiempo leyendo blogs de moda. Facilita mucho el hecho de que además trabajo en ello, y me encanta aprovechar los ratillos sueltos para dedicarme por entero a un nuevo descubrimiento. Todos me fascinan; si son muy buenos porque muero de la tirria, y si son malos porque, y el que no lo piense que lo diga, le suben a una la autoestima como mínimo para sobrellevar la jornada. ¡El caso es que el fenómeno blog me tiene atolondrada!

Después de tanto click, al final acabas plantándote y preguntándote por qué estas chicas tan jóvenes, con sus trabajos y sueldos 'normales' salvo excepciones, tienen mas 'atos' (palabro que desde que me enseñó mi buena amiga La Biperina Folclórica no puedo dejar de utilizar) que la mismísima Carrie Bradshaw, y más zapatos que María Antonieta.



Pues bien, yo, después de mucho reflexionar y haciendo honor a mi nombre, he llegado a una conclusión. ¡Ojo! Sin ánimo de ofender a nadie (porque en el fondo mis conjeturas provienen de la más pura envidia), a veces pienso que en realidad sus 'closet' son producto de nuestra imaginación, y que en realidad las prenditas en cuestión, ¡llevan la etiqueta colgada y son de ida y vuelta! El que quiera entender que entienda, porque aunque esta idea parte de una suposición subjetiva... ¡Decidme que nunca lo habéis pensado y entonces me callaré!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Paja


1.- Me gusta mucho nadar. Suelo ir un par de veces a la semana como mínimo y ya voy por el tercer año consecutivo.

2.- Tengo el pelo graso en la raíz y seco en la punta. Me parieron así.

3.- Hace un mes decidí teñírmelo. Color caramelo, según mi estilista, ‘carrot’ diría yo ahora que estudio inglés.

Conclusión: Que entre el cloro de la piscina, los genes y el tinte tengo PELO PAJA

Medidas que he tomado al respecto:

. Comprarme una mascarilla deliplus efecto seda
. Utilizar un champú de peluquería para pelo teñido que cuesta 10 euros
. Intentar no lavármelo a diario
. Pasar de Kiddo cuando me dice que tengo el pelo seco o, en su defecto, recordárle que necesita que vuelvan a darle forma a su corte
. Mirar a Iván y pensar que él tiene PELO PO
. Autoengañarme contándome que mi pelo es como la melena de lacasitalapona
. Tomar un complemento nutritivo para pelo y uñas que me mandó el dermatólogo
. Recogérmelo en una bonita trenza como la de hoy, o recurrir al moño y sus variedades
. Aguantarme

¿¡Qué más puedo hacer!? I’m desesperate!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Mi 'Chosen by Naty'

Llevo ya un par de años que no paro de asistir a bodas, y es que como dice mi madre ya estoy en edad de que todas mis amigas/os se casen, ¿cuál es el problema? pues que todos los enlaces a los que voy casi siempre son de el mismo grupo de gente, por lo que no puedo y no quiero repetir modelito... soy así de presumida o de pija, llámalo como quieras ;)
La cosa es que el sábado que viene voy a la boda de la hermana de una amiga, por primera vez podía volverme a poner mi vestido de Karen Millen , aunque es veraniego me dije unas medias un poco tupidas y una blazer y solucionado, y mi modelo verde con escote halter se convertiría en uno muy socorrido para esta boda otoñal, pero de repente... el sábado se cruzó en mi camino este vestido maravilloso, de la colecciòn de Mango Chosen by Naty, de Naty Abascal, puede sonar muy 'posh' pero es que me enamoré a primera vista (tengo que decir que es más bonito en mi cuerpo que en la foto) y tiene un escotazo en la espalda.
Todo no es tan bonito como el vestido y es que me ha salido por un pico, 79.90 euros, y encima las tallas son enanas, como se nota que Naty está en los huesos y que no le gusta hacer tallas para gente normal o rellenitas.
Prometo hacerme fotos el día de la boda y enseñaros como me queda mi nuevo modelo, no tengo muy claro si ponerme tocado o no, creo que con las flores del vestido es suficiente... pero es que en las bodas del sur (de donde soy yo) nos 'emperifollamos' tanto que ya no sé ni que ponerme.
Se admiten críticas del modelito... pero sin pasarse que tengo mucho genio y no soy amiga de ellas jajaja ;)

sábado, 23 de octubre de 2010

Generación 90210

Helo ahí. Atemorizante e implacable. El apasionante mundo de la evolución estilística.
Sí, no bajes la cabeza y te hagas la loca. Basta con echar un vistazo a tu armario y ver esas prendas que todavía guardas la esperanza de que se vuelvan ‘vintage’. Los noventa están aún demasiado cerca y esos pantalones elásticos del Zara que el gran Amancio decidió poner a la venta en toda su variedad cromática no se van a volver a poner de moda.
Porque ya lo dijo alguien; las modas vuelven si señor. Y cuando revisamos álbumes y vemos esas ‘pintas’ (porque no tiene otro nombre) que nos gastábamos hace diez años nos sangran los ojos y nos entran ganas de coger el Delorean sólo para darnos una colleja o prender fuego a toda nuestra indumentaria al grito de ‘¡Insensata!¡Hereje!’. Pero es así, en aquel momento lo llevábamos porque era ‘cool’.
Nuestras ‘trendsetters antaño’ madres nos veían con el campana y decían: ‘Ay, igualitos que los que llevaba a tu edad’, y maldecían cuando te veían llevarte toda la mierda de la ciudad porque pensabas que era lo más arrastrar los bajos del pantalón. Qué tiempos.
He de reconocer que no he vuelto a catar un plumas desde que tenía 15 años, y que la única pluma de pato que veo es la del nórdico de la cama, pero entonces ¿Quién no tenía un plumas? ¿Quién no tenía unas botas de trekking más dignas de una expedición de Jesús Calleja que de una adolescente pre menstrual? ¿Quién no tuvo un verano feliz en mallas y camiseta? ¿Quién no odió las camisas de cuadros en su adolescencia y de paso maldijó a Kurt Cobain hasta que el pobrecito se murió? TODAS.

Sólo tenemos que ver nuestros leggings, las trekking de tacón (Amancio ¿por qué nos haces esto?), las hombreras, o las dichosas camisitas grunge persiguiéndonos desde hace dos temporadas. Agachemos la cabeza y reconozcámoslo como adictos en terapia: ‘Sí, soy una víctima de la moda’.

Asumámoslo, parece que los noventa empiezan a asomar la patita y lo peor es que nosotras caemos como moscas en la miel. ¿Quién no quiso ser Brenda Walsh y estar saliendo con Dylan?
Ahora sólo nos queda rezar porque aquellos pantalones permanezcan encerrados para siempre en nuestras peores pesadillas. Aaaamén.


martes, 19 de octubre de 2010

¡Me encanta cumplir años!


No puedo evitar escribir acerca de mi fin de semana, y es que ha sido muy especial. Fue mi cumpleaños, 29 años, lo digo bien alto y claro, sin pesadumbre alguna. Me gusta cumplir años. Esta vez y por motivos que no vienen al caso decidí no celebrarlo, aunque alguna caña a mis amig@s les iba a caer, pero nada especial (la última fiesta acabó viniendo la policía y los vecinos no estaban muy contentos, con razón claro)

El plan era una escapadita regalo de mi esposo, mi hombre, mi narizón, (no soy pastelosa vale?, y no, no tengo alianza, 'not yet'), el caso fue que a la vuelta de ese viaje maravilloso y express, el sábado por la noche, destrozada, sin maquillar, despeinada por el viento, y con un vestido muy mono de flores llegamos a casa..., luces apagadas, olor a tabaco, raro, perfume desconocido, raro, raro, sombras sospechosas en el salón, piernas temblorosas, y... ¡SORPRESA!, no había luz, eehhh!! no había luuuuz, y de repente ahí estaban todos, MIS AMIGOS, con los que comparto mi vida día a día, en el trabajo, en mi casa, en los mails cadena que te amenizan la jornada laboral, ex compañeros que no ex amigos, opositoras, novios, novias y las culpables de esa grata sorpresa, mis dos mejores amigas... y en mi corazón también todos los que no pudieron venir.

Cuando me acosté pensé, ¡qué bonito es sentirte querida!, ¡qué bonita es la amistad!, ¡cómo me alegro de que mis padres me inculcaran este sentimiento y que siempre lo defienda! Mi post se lo dedico a todos los que hicieron sentirme especial. Insisto ¡ME ENCANTA CUMPLIR AÑOS!

* #sinolodigomemuero: Entre todos los regalos que me encantaron, aquí mis compis de blog, y otros tantos me regalaron esta bonita Diana F+, ya colgaré alguna foto lomográfica, y os contaré sobre mi pasión por la foto.

viernes, 15 de octubre de 2010

Moda y hombres, la misma historia

Este otoño me he dado cuenta de que mi relación con la moda es una especie de metáfora de mis relaciones con el género masculino.

Soy de esas personas que va a piñón fijo. En el momento en el que veo una cosa que me gusta, sé que la quiero y no paro hasta conseguirla. El ejemplo (o sujeto): unas botas de la última colección del imperio de la moda, oseasé Inditex. Desde que las vi eran LAS BOTAS, nunca había visto nada que quisiera tanto como esas BOTAS.

Y sin embargo la primera vez que me las pobré salí de la tienda sin ellas. Simplemente pensé: ‘Ya volveré’. Error. Cuando piensas eso generalmente suelen sobrevenir problemas, y debería haber caído en ello. Pero yo, inocente de mí, volví a los pocos días a por ellas con toda la ilusión del mundo. Primera tienda, no estaban, segunda tienda, tampoco, tercera: agotadas en todo Madrid. Sudores fríos y me doy cuenta de que las quiero más que nunca he querido algo en mi vida.

Después viene la desilusión, y llegar a casa y buscar online, recorrer otras tiendas, encargárselas a una amiga que vive en otra ciudad, y nada. Solo las quería a ellas y ya era demasiado tarde, como suele pasar con todo en la vida… ¿Y cómo salir de esa crisis? Al principio se pasa fatal, me tiré un buen tiempo recorriendo las mismas tiendas donde ellas habían estado una vez. La consecuencia de tanto y tanto salir de shopping es que cada vez que las buscaba y no las encontraba, ahogaba mis penas supliendo mis expectativas con otras prendas y complementos, que no necesito para nada, pero que me han ido alegrando la vida y subiendo la autoestima hasta la fecha.
 
Pero, como todas las historias, esta no acaba así, y afortunadamente tiene final feliz. Al final mi empeñó dio su fruto y las conseguí. Al cabo de las dos semanas, tanto esfuerzo y sufrimiento por ellas me hizo reflexionar sobre si había merecido la pena, y llegué a la conclusión de que no. Ahora busco otras botas que me llenen de ilusión y me enamoren de nuevo.