viernes, 15 de octubre de 2010

Moda y hombres, la misma historia

Este otoño me he dado cuenta de que mi relación con la moda es una especie de metáfora de mis relaciones con el género masculino.

Soy de esas personas que va a piñón fijo. En el momento en el que veo una cosa que me gusta, sé que la quiero y no paro hasta conseguirla. El ejemplo (o sujeto): unas botas de la última colección del imperio de la moda, oseasé Inditex. Desde que las vi eran LAS BOTAS, nunca había visto nada que quisiera tanto como esas BOTAS.

Y sin embargo la primera vez que me las pobré salí de la tienda sin ellas. Simplemente pensé: ‘Ya volveré’. Error. Cuando piensas eso generalmente suelen sobrevenir problemas, y debería haber caído en ello. Pero yo, inocente de mí, volví a los pocos días a por ellas con toda la ilusión del mundo. Primera tienda, no estaban, segunda tienda, tampoco, tercera: agotadas en todo Madrid. Sudores fríos y me doy cuenta de que las quiero más que nunca he querido algo en mi vida.

Después viene la desilusión, y llegar a casa y buscar online, recorrer otras tiendas, encargárselas a una amiga que vive en otra ciudad, y nada. Solo las quería a ellas y ya era demasiado tarde, como suele pasar con todo en la vida… ¿Y cómo salir de esa crisis? Al principio se pasa fatal, me tiré un buen tiempo recorriendo las mismas tiendas donde ellas habían estado una vez. La consecuencia de tanto y tanto salir de shopping es que cada vez que las buscaba y no las encontraba, ahogaba mis penas supliendo mis expectativas con otras prendas y complementos, que no necesito para nada, pero que me han ido alegrando la vida y subiendo la autoestima hasta la fecha.
 
Pero, como todas las historias, esta no acaba así, y afortunadamente tiene final feliz. Al final mi empeñó dio su fruto y las conseguí. Al cabo de las dos semanas, tanto esfuerzo y sufrimiento por ellas me hizo reflexionar sobre si había merecido la pena, y llegué a la conclusión de que no. Ahora busco otras botas que me llenen de ilusión y me enamoren de nuevo.

3 comentarios:

  1. ayyy q razón tienes Misspensieri!! yo todos los años en pleno agosto con 49 grados a la sombra veo los modelis q saca Amancio de la colección de otoño pero jamás me compro un trapo y me enamoro de todos, y acabo pegándome contra las paredes porque luego no lo hayo!
    Lo de los hombres... eso es otra cosa yo me voy al frío polar este finde con mi bolso preferido ;) jajaja

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  2. Chiqui, yo ya te dije en miperfil de FB que yo soy una señora y quiero vivir a ñlo grande, pero entre tanto yo tambien suplo mi verdadera felicidad con trapos de 10 euros. ains!!

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  3. Nada, nada, la unica diferencia es que los hombres te pueden durar algo más la moda, o eso esperamos todas!
    Que vivan los bolsos preferidos y los trapos de 10 euros, si es que en el fondo nos confomamos con poquito

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